domingo, 21 de agosto de 2011

Lo prometido es deuda.

Cuando me despedía de todos en España hace 2 semanas prometí que escribiría, que sería constante con vosotros y que comunicaría como iba todo pero, entre que sólo he tenido tiempo para insertar en mi cerebro una cantidad ingente de información a modo de floppy disc (ejem... disco de 3 y 1/2) y que la vida virtual aquí está un poco censurada, sólo he visto la posibilidad de hacer ésto: UN BLOG. Es más fácil que mandar un montón de mails con un montón de gente en copia. Así que, bueno; empiezo:

El pasado sábado 6 de Agosto comencé este viaje con el fin de trabajar durante un tiempo en este país para  la empresa que me contrató hace poco más de un año y medio. El maravilloso mundo del grupo electrógeno :)

Todo ha sido muy rápido y creo que por fin se me ha pasado un poco el shock y empiezo a querer tener relación con la sociedad... me retracto, no toda la sociedad. La barrera lingüística me impide demomento seguir adelante este proyecto con el 99% de la población china.

Me estoy yendo de tema. Empiezo por el principio otra vez:
Un vuelo, dos vuelos y tres vuelos. Llego a Hong Kong (de aquí en adelante será HK) a las 7.30 de la mañana, con mi jet lag en to' lo alto y me recoge un cochazo en el aeropuerto. Hay algo raro que no consigo percibir del todo bien así que me subo y sigo adelante. El conductor habla inglés. TODO EL MUNDO HABLA INGLÉS. Las vistas desde el coche de esta ciudad son impresionantes. Una arquitectura impecable mezclada con la vegetación típica de la zona que le da un color muchísimo más sano a la ciudad. Además, el mar le da otro tono bastante curioso.

Cuando bajo del coche me percato de lo que contaba anteriormente y que, por la emoción del momento, mi organismo decidió pasarse por alto. De repente noto como si mi cuerpo estuviese expandiendo, sin remedio, por toda la superficie epidérmica. Cuando quiero darme cuenta de que la temperatura y la humedad es exactamente igual que la del cuerpo de un ser humano normal es demasiado tarde, un grupo de 3 chinas están esperándome para darme la bienvenida y para acomodarme como es debido. Me hacen firmar un montón de papeles y me llevan a la habitación después de hacer mis gestiones con el visado para poder pasar la frontera de HK. Cuando llego, nada cansado, encuentro que si no se trata de una suite, debe ser lo más parecido dentro del hotel. La susodicha habitación consta de 3 departamentos: La salita con el escritorio, la tele y un sofá, el baño con doble de todo (hasta de bañera) y luego está la habitación al fondo donde encuentras la cama y otra tele más. Increíble.

Como he dicho, tenía el jet-lag bastante agudizado y después de un día entero de viaje (prácticamente por culpa de Iberia), decido salir a explorar.
He aquí la segunda impresión desagradable que tengo, claro que a todo se puede acostumbrar cualquiera: HK huele a algas estancadas en la orilla del mar, pescado y culo (pedo). No sé por qué es pero lo mejor es que ya se me ha pasado. A pesar de ésto, HK es un sitio bastante parecido a Nueva York, dedicado completamente al comercio de todo. Lo que quieras lo vas a encontrar y el precio de la tecnología punta está por los suelos.
Lo que más me llamó la atención allí eran los Pakistaníes (creo) vendiendo trajes a medida. Se supone que después de hablar con ellos tú entras dentro de la tienda y te toman las tallas; luego pagas (bastante barato) y te vas con tu super-traje a tu casa. El prolema es que todas las calles tenían 2 o 3 personas haciendo el mismo tipo de venta y ya uno termina reventado. Está más que claro que terminé discutiendo con uno de ellos. No me dejaba en paz y se cabreó porque le dije que no tenía dinero (debería de habérselo creído, llevaba mi camiseta de Charlie Brown que tiene ya como unos 4 años y lo que era negro, ahora intenta serlo pero no llega). Bueno, eso es lo peor de la experiencia y lo único.
Por lo demás, me entretenía viendo como todo el mundo consumía compulsivamente todo tipo de productos. Incluso yo busqué excusas para compar algo... un tubo de pasta de dientes y un corta-uñas si no recuerdo mal. No es que no pudiese permitirme algo más pero es que no creo que me hiciesen falta más bultos para llevarlos a la mañana siguiente a Shunde, que es mi destino. VOLVERÉ! Tengo que comprar 2 ordenadores de mesa MAC, Ipads y una cámara Reflex. Muajajaja!!!

Apliqué la solicitud para el visado esa mañana y ya por la tarde lo tenía en el hotel así que llegué y me volví a ir para visitar un parque que había en medio de la ciudad. Ya cansado de los mosquitos y del verde del lugar iba siendo hora de recogerme no sin tener 2 encontronazos con la comida.
El primer encontronazo vino de la mano de la discordancia entre lo que uno considera como internaciolamente conocido como CALIENTE (o magma volcánico) y templadico. Desde ese día y gracias a unos fideos, la sensibilidad a la temperatura que tenía en la lengua ha dejado de existir y, de aquí a los restos, estoy curado de los vasos de leche (fisión nuclear) que suelen hacer las abuelas para que te acuestes cuando eres pequeño.

Pese a eso y a que en un primer momento pensé no volver por el estrés de la situación, he decidido que encuanto tenga la visa en mis manos la primera visita será allí, a HK otra vez, para poder limpiar las manchas con las que mi cultura ha ensuciado este sitio. Seguro que hay algo escondido, como en todos lados, que puede reconfortarme más todavía (además de la adquisición de ciertos productos preciados a buon mercato).

En fin, la aventura de HK está que acaba y no queda más que añadir después de más de 8 horas paseando por toda la ciudad... bueno, sí queda algo: La gente se me acercaba y me hablaba en los descansillos donde se podía fumar en las calles. Al ser ex-colonia inglesa se les ha quedado un poco ese deje de conversación facilona y además, muchos de ellos han viajado por el resto del mundo (sobretodo por Europa) con lo que todo era más cercano. Entre todas las personas con las que me comuniqué había uno que había estado en Málaga en una corrida de toros y se manifestó en contra de esta tradición. Estuve a punto de aplaudirle pero me hubiese quemado la mano con el cigarro (perdón por el chascarrillo).

Bueno, por hoy he tenido suficiente y seguro que vosotros también así que mañana invierto otra media hora y os cuento el resto hasta llegar al día de hoy. O mejor al de mañana...

1 comentario:

  1. mola!!! qué envidia me das, joven empresario. disfruta de esos lujos que te están mostrando ahora, seguro que después los echas de menos. Recuerda, no fumes panda, ese tabaco es el peor del mundo :) un abrazote andrew, no dejes de actualizar esto!!!

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